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Soy un espejo roto.

· ...pero también soy semilla. ·

Date
Jun, 22, 2020

Hola. 

Pues hace tiempo no escribo. Y es que en realidad no he encontrado las palabras correctas para decir, ni como ponerlas en prosa bonita, y mensajes subliminales escondidos en metáforas y símiles que se te desintegran en la boca como algodón dulce. He crecido. Y me siento que de manera bien repentina. Y suena increíblemente repetitivo, en el clima y el año que estamos viviendo, pero este año me ha destruido, y construido todo a la misma vez. Me miro con pena ante un espejo roto, que refleja cómo me había sentido por mucho tiempo. Cantitos de “yo”. Fragmentos de lo que fui. 

Primero les pido perdón, porque me paré de comunicar con ustedes cómo lo hacia una o dos veces al mes, con mis escritos sobre mis experiencias de vida que me marcaban y me convertían en la mujer que soy hoy. Ustedes me leían – gracias por eso. Pero me sentí que mientras iba decayendo, mis escritos decaían conmigo. Me faltaban las palabras, me dolían los dedos al presionarlos contra las teclas que gritaban que las transformara en poesía. Pero yo por mucho tiempo, dolía también.  

La última vez que escribí de forma creativa, lloraba sobre mi teclado en un Starbucks cerca de mi casa, porque pensé que la depresión se me iría y no me atrevería a llorar en un lugar público, que a lo mejor me haría sentir algo mejor. En cambio me miraban con la misma cara de pena con la que me mira el espejo. Si pudiese encontrar como quitarme el sentimiento de que no valgo después de esa noche en la cual paré de ser yo, le vendería el alma a un gurú de la felicidad y tomaría las pociones mágicas necesarias con tal de volver a ser yo. Me siento que tengo una chispa que me grita por dentro que por favor no la deje apagarse, dentro de un mar de las lágrimas que me hunden y me ahogan. Yo sé que quedan cantitos vivos por ahí, y a lo mejor volveré a ser y existir con potencia, pero me he tenido que permitir caerme, y abrazar el piso, llorarle a la tierra, y que como semilla, me hunda en ella. 

Si llegaste a este párrafo de mi escrito es porque genuinamente entiendes como se siente, o quieres saber cómo es posible que la chica alegre que sale en las fotos de Instagram se sienta tan lagrimosa. Y es que no tengo explicación lógica para mi encierro emocional que duele y duele y duele y cuando sobra tiempo entre las sonrisas y los “Hola a todos y a todas” de Enemiga del Silencio, me duele de nuevo que me haya perdido tanto en este laberinto que me ha puesto el mundo. Pero como toda buena semilla, nunca iba a crecer si no me enterraban. Y ahora, aunque soy solo un tallito con esperanzas de convertirme en árbol, sé que estoy viva y continúo evolucionando. Hay veces que la vida nos pone estas barreras y nos hunde tan abajo y en un lugar tan profundamente oscuro que no sabe que sólo estamos echando raíces más fuertes, para tolerar las presiones del crecimiento en cualquier época del año. 

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